jueves, 6 de junio de 2013

Reseña de Artus

Artus es un juego aparentemente sencillo del mejor diseñador que ha existido hasta el día de hoy, un tal Wolfgang Kramer, y uno de sus mejores esbirros, Michael Kiesling. Después de esta objetiva frase de entrada empezaré por explicar un poco la idea del reglamento y luego comenzaremos con las subjetividades porque si no nos aburrimos.

En el juego nos encontramos con un tablero redondo con una rueda con diferentes puntuaciones que van desde el -15 al 10. Este tablero representa la mesa redonda del rey Arturo y siempre tendrá que ser presidida por el ilustre rey. Así que cuando su majestad cambie de posición, toda la mesa rotará para que Arturo siga presidiendo la mesa y con ello todos los puntos habrán cambiado de lugar. En esta mesa redonda también estarán presentes otros príncipes que desean destronar al rey y los caballeros de los diferentes jugadores.

Durante nuestro turno jugaremos 2 cartas que representan diferentes acciones. Hay tres tipos de cartas:
  1. De caballeros: nos permiten mover  nuestro caballeros en sentido horario.
  2. De nobleza: nos permiten mover a Arturo o a los príncipes y colocar un nuevo anillo en los príncipes. Si un príncipe tiene 3 anillos se convertirá en el nuevo rey.
  3. De puntuación: estas cartas nos permiten puntuar de diferentes formas nuestros caballeros.
Después de jugar las dos cartas, cogeremos 2 nuevas de cualquiera de los 3 montones. El juego continúa hasta que todo el mundo haya jugado sus 22 cartas.


La gracia del juego está centrada a mi entender en tres importantes y originales puntos. 

El primero está en la rotación de la mesa redonda que cambia todas las puntuaciones de un movimiento a otro creando bastante caos en partidas de 4 jugadores, esto puede no gustar a todo el mundo ya que no puedes planificar hasta que te toque a ti.

El segundo punto está en las cartas de puntuación. Hay 6 cartas de este tipo y todas diferentes, así que una configuración de tus caballeros puede ser muy buena para una de las cartas pero esa misma configuración será nefasta para otra de ellas. Incluso dándonos puntos negativos. 

Si esto lo juntamos con el tercer punto, que es que hay que jugar todas las cartas tanto queramos como no. Nos da que en 11 turnos tendremos que  organizarnos para puntuar esas 8 cartas lo mejor que podamos y muchas veces lo tendremos que hacer rápido y mal para no comérnoslas en los últimos turnos. 

Artus es de esos raros juegos que más lo juego, más me gusta. Porque a pesar de su simpleza en mecánicas el juego tiene bastante miga, de hecho durante las primeras partidas es un juego bastante propenso al análisis parálisis. Cosa que va reduciéndose con la experiencia. Otro factor que hace que el juego mejore con la experiencia es que es importante conocer las cartas que te quedan por jugar, tanto las tuyas como las de tus adversarios, y eso también te lo da tener unas cuantas partidas sobre tus espaldas. La experiencia también te dará el saber ir colocando tus caballeros en diferentes configuraciones para prepararte para las cartas de puntuación y así reducir ese caos que parece reinar el juego en las primeras partidas.

Resumiendo, Artus me parece otra pequeña joyita del tito Kramer que parece que no desea retirarse porque sigue creando auténticos juegazos.

9 comentarios:

  1. Gracias por la reseña.

    Había visto este juego en alguna tienda online a buen precio, pero nunca me había parado a "investigar" de que iba.

    Entra en mi lista de potenciales compras...

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  2. Buena reseña aunque creo que será un poco abstracto para mi gusto.
    Lastima que no comparta tu gusto por este diseñador por cierto una pregunta para un acólito de Kramer de pro como tu ¿que tal Palacios de Carrara?

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    1. Palacios de Carrara junta dos cosas, Kramer + Hans im Glück, caballo ganador para mi. Y ahora mismo es el juego que más ganas tengo de rejugar porque como cada partida cambian los objetivos en las dos partidas que llevo aún no he conseguido jugarlo bien, y eso me encanta.

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  3. Grandísimo el señor Kramer. A mí este juego me gustó. De hecho, creo q tu copia es la q te mandé de una mathtrade. O no es así? xD

    Enfin, uno de esos que vendo/cambio con pena. Me gustaba, pero admito que no le iba a dar mesa frente a otros.
    Aun así, me encantaría jugarlo siempre, la mecánica de la mesa es una genialidad. Las cartas son bonitas, ainss... lo estoy echando de menos! xDD

    Yo tb creo que Kramer aún puede hacer juegazos. Y muchas ganas tengo de catar el Palacios de Carrara.

    Saludos!

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    1. Exactamente, mi copia vino de ti. A veces hay que dar las gracias del mal gusto de los demás que nos permite conseguir joyitas de este calibre, xD.

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    2. Jajaja. Pero si ya te he dicho q me gusta el juego! xD

      Lo metí en la mathtrade con pena. No lo iba a jugar al pobrecico :´(

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    3. Conozco la sensación, ¿ande estará mi Die Macher o mi Raíles?

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  4. A mi este juego me da hambre.
    Opino como Dimitri: hay que comerse el cochinillo.

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  5. Buena reseña colega.

    Este no llegué a jugarlo, Neiban lo largó antes de tiempo en la Mathtrade. Aún así el tema del caos inicial me echa para atrás. Sobre todo porque por aquí abajo es difícil rejugar un juego lo que parece que le hace falta a este para reducir ese caos.

    Ahora, al Carrara sí que le tengo ganillas... :D

    Un saludo!

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